jueves, 15 de marzo de 2018

NUNCA LO DEN POR MUERTO

River, que llegaba de punto, le ganó la Supercopa Argentina a Boca por 2 a 0. Marcelo Gallardo parece tener la receta justa para ganar los Superclásicos definitorios.


En los partido mano a mano el Millo lidera el historia con 11 triunfos y 5 derrotas.
Ya no es casualidad que en estos partidos sea River el que se impone, es una causalidad. Porque a diferencia del Vasco Arruabarrena en su momento y ahora Guillermo Barros Schelotto, Marcelo Gallardo sabe cómo jugar estos encuentros y pese que a su equipo no venía teniendo un buen funcionamiento se volvió de Mendoza con una copa más bajo el brazo, la octava como DT del Millo que lo ubica por debajo de Ramón Díaz que con nuevo títulos es el más ganador de la historia del club de Núñez.

Al igual que había ocurrido en el Torneo de Verano, River se protegió en todos los sectores del campo de juego para no ser sorprendido y le cedió el protagonismo a Boca. Algo que al Xeneize le molesta porque de esa manera no pueden usar su mejor carta que es explotar la velocidad de Cristian Pavón ya que hay menos espacios libres. Además, Carlos Tevez encerrado por Maidana y Pinola, que jugaron un partidazo, salía del área para intentar tomar contacto con la pelota y no terminó gravitando. Al igual que Cardona que nunca encontró su posición y quedó expuesto en los dos goles, en el primero por la falta inocente a Nacho Fernández dentro del área y en el segundo por no alcanzar ni cortar al mismo volante que encabezó la contra que terminó sentenciando el encuentro.

Pero esa fue una parte de la estrategia que tuvo Napoleón para doblegar al puntero de la Superliga. Porque otras de las claves fue ponerle al Pity Martínez encima de Wilmar Barrios. De esa manera anularon al colombiano, casi que no lo dejaron jugar. Tal como reconocieron Biscay y Bujan (ayudantes de campo de MG) una vez finalizado el partido no lo dejaron mover, no dejaron que sea la salida limpia de Boca ni que vaya a cortar a los costados donde estaba siendo su fuerte. El mano a mano de Rodrigo Mora contra Frank Fabra fue otra de las claves. Donde también ganó el partido fue en la inteligencia para hacer los cambios. Mientras otros movieron la estantería cuando ya estaban 2 a 0 abajo, el Muñeco cambió a Pratto cuando el partido pedía otro tipo de delantero y Scocco, que fue su reemplazante, a los pocos minutos de estar en la cancha terminó sellando la victoria Millonaria.

El equipo estaba destruido futbolísticamente, daba pena y vergüenza verlo jugar. En varios partidos le ganaban metiendo y corriendo, cosa que hacía que más de uno empiece a pensar que era el fin de un ciclo porque algo se había roto entre los jugadores y el cuerpo técnico. Ganar el partido de anoche parecía una utopía pero todos confiamos en Gallardo y en nadie más. Y fue él el que les lavó la cabeza a los jugadores, el que los convenció que podían ganar, el que les dio el plan que llevaron a la perfección dentro del campo de juego y fue él el que apostó por los grandes, los históricos y ellos le devolvieron esa confianza de la mejor manera.

Franco Armani atajó como para que Jorge Sampaoli le haga un lugar entre los 23 futbolistas que llevará a Rusia para disputar el Mundial. Maidana y Pinola jugaron un partido como hasta acá no habían jugado desde que comparten plantel. Tanto Montiel como Saracchi controlaron a Pavón cuando se les tiró por sus costados, al que sí le costó un poco más fue a Mayada. Ponzio jugó como se deben jugar estos partidos y además con una tarjeta amarilla acuesta desde los nueve minutos. Enzo Pérez se desgastó controlando a Nández y Jara, sin aportar mucho de su jerarquía pero cumpliendo con la función. Nacho Fernández y Pity Martínez aparecieron cuando debían aparecer, en el partido que más se los necesitaba. Lo de Mora es extraordinario, que este jugando como esta jugando después de lo que le pasó es prácticamente inexplicable. Pratto cumplió reteniendo a los centrales y jugando de pivot, cuando se necesitaba otra cosa entró Scocco y cumplió con creces.

Marcelo Gallardo declaró en conferencia de prensa post partido es que estos dos meses que River jugó mal fue parte de la estrategia para ganarle a Boca, porque de esta manera ellos no sabían cómo íbamos a jugar pero nosotros sí sabíamos a qué iban a jugar ellos. Fue irónico, fue chicana y también fue una especie de desahogo por tanta carga que tenían, pero yo te compro estos dos meses si el premio final es ganarle una copa a tu histórico rival. A fin de año los hinchas se acordarán de quien ganó la Supercopa Argentina y el ganador de la Copa Libertadores, no del de la Superliga que es interminable y con equipos que no deberían estar jugando en Primera División. Y de esos dos trofeos que la gente se acordará cuando se cierre el 2018, River ya tiene uno en su poder. 

Ellos llegaron a Mendoza casi que gritando campeón, chicaneándonos por todos lados como hizo Angelici con D'Onofrio en la cena de camaradería pero en todo momento mantuvimos el perfil bajo, nos concentramos en lo que realmente importa que es hablar adentro del campo de juego y ahí le respondimos que el que ríe último ríe mejor. Le demostramos una vez más quién es El Más Grande de la Argentina.

Por: Matías Muñoz
@MatiSeba93

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