lunes, 26 de noviembre de 2018

¿QUIÉN PIENSA EN LOS HINCHAS GENUINOS?

Tres partidos se suspendieron entre Boca y River en el marco de la final de la Copa Libertadores 2018 y en los únicos que no se pensó fue en los hinchas genuinos. Los clubes, la organización, la Seguridad y los medios de comunicación no pensaron en ellos.


El sábado 10 de noviembre se jugaba en la Bombonera el primer partido de la serie entre Boca y River pero un diluvió afectó a Buenos Aires y debió suspenderse ya que dichas condiciones climáticas anegaron la cancha y no se pudo disputar. Hasta acá todo bien salvo que esto se sabía desde temprano y la Conmebol decidió esperar hasta minutos antes del horario de comienzo del encuentro para decretar la suspensión, momento en que ya toda la gente que había ido al estadio se había empapado y tuvo que poner los pies en el agua para poder acceder.

Al borde estuvieron de que les vuelva a pasar lo mismo el domingo 11 de noviembre ya que el Servicio Meteorológico anunciaba que ese día iba a llover más que el anterior, así y todo la Conmebol confirmaba que se jugaba a las 17 horas. Tuvieron la suerte de su lado, la previsión meteorológica falló y se pudo disputar el partido. Lo que si hicieron bien fue confirmar alrededor de las 11, cuando alguna llovizna caía, que el encuentro se iba a disputar, un horario considerable teniendo en cuenta que las puertas de la Bombonera se habían a las 13.

Pero lo ocurrido los días 24 y 25 fue un descuido hacia el hincha tanto de la organización como de los que deberían brindar las garantías para que se pueda disputar el partido y sea todo una fiesta del fútbol en su máximo esplendor. 

La Seguridad nunca cumplió su trabajo y liberó la zona por la que pasó el micro de Boca, el cual fue atacado y no terminó en desgracia de milagro. Pero no sólo falló ahí, tampoco pudo controlar a los que llegaron sin entradas y estos, a la fuerza, terminaron ingresando al estadio. Para completar el combo a la salida tampoco actuaron en forma preventiva y los primeros hinchas que salían sufrían el robo de sus tickets y pertenencias.

Desde la Conmebol el primer día tuvo al hincha aproximadamente siete horas al sol sin tener ninguna resolución al respecto. Recién a las 19:15 el simpatizante se enteró por el comunicado oficial que el partido se encontraba postergado, cuando se sabía desde el momento que llegó el micro y las condiciones en que estaban los jugadores que no se podía jugar. Pero por la presión de la televisión, del mundo y del presidente de la FIFA, entre otros la Confederación Sudamericana de Fútbol obligó en más de una oportunidad a Boca a que se juegue. La máxima fue el día siguiente cuando cerca del mediodía Alejandro Domínguez le confirmaba telefónicamente a Rodolfo D'Onofrio que el encuentro se disputaba a las 17 y alrededor de las 14 decía por televisión que estaba postergado porque no estaban en igualdad de condiciones cuando él sabía que las puertas del Monumental se abrían a las 13. Cuando decidió tomar la decisión ya había gente en las tribunas, otras en las adyacencias y unas cuentas más viajando. Alguien pesó en ellas, en todo lo que gastó en los dos días, en lo que vinieron del interior o de otros países. La respuesta es un rotundo no porque lo único que importa es el negocio, no el hincha genuino que paga y hace de todo para poder ir a ver a su equipo fin de semana tras fin de semana.

Los clubes también son responsables. El hincha se enteraba de lo que pasaba cuando tenía señal en el celular y podía leer las redes sociales y no por la voz del estadio. Pero si quieren eso es lo menos grave si nos ponemos a pensar que cada vez que salen a hablar Daniel Angelici y Rodolfo D'Onofrio, presidentes de ambas instituciones, lo único que hacen es jugar a ver quién tienen más peso. Porque hablan de si se juega o no, si es con público o no, si tal o cual lo traiciona pero ninguno dice que piensen en el hincha, que lo empiecen a respetar de una vez por todas.

Y los medios también tienen su responsabilidad porque después de los hechos transcurridos todos hablan de las especulaciones de por qué pasó tal o cual cosa o lo que pasará de acá en adelante pero nadie habla para que todos empiecen a reflexionar de que hay que empezar a pensar en los hinchas genuinos, en la familia que fue a la cancha y parece que a nadie le importa porque el negocio está en otro lado.

Los hechos fueron de gravedad sobre todo en el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores y está muy bien que se ponga el foco en lo mal que estamos como sociedad pero también hay que diferenciar a la gente porque 200, 300 o el número que quieras poner no representa a toda la sociedad. ¿Alguien alguna vez se pondrá a pensar en los hinchas genuinos? ¿Alguna vez serán los hinchas la parte más importante, valiosa y a la primera que hay que cuidar y respetar en el fútbol?


Por: Matías Muñoz
@MatiSeba93

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